viernes, 20 de diciembre de 2013

El banquero que hizo fortuna al huir del riesgo

JUAN CARLOS ESCOTET,  Presidente de Banesco



Escrito por: JUAN T. DELGADO


Ya había entrado la noche y en las lomas que circundan su casa en Caracas se atisbaban las primeras luces de los chalés vecinos. Juan Carlos Escotet esperaba una velada sosegada de domingo: una cena frugal en el porche con vistas al jardín, una charla distendida con su mujer sobre los vaivenes de la patria y lo último en arte moderno. Hasta que rugió el teléfono. Al otro lado de la línea, una voz seca de alto funcionario reclamaba su presencia inmediata en el Palacio de Miraflores. Hugo Chávez Frías, presidente de la República Bolivariana de Venezuela, le requería en su despacho para tratar asuntos pendientes.

Así era el líder venezolano. Pese al abismo que separaba sus posturas ideológicas, Escotet lo sobrellevaba con parsimonia. Una templanza férrea levantada a base de años y años sorteando las decisiones caprichosas -cuando no arbitrarias- de militares metidos a políticos y políticos gobernando como si fueran militares. Es tremendamente complicado ser emprendedor en Venezuela. Juan Carlos Escotet lo intentó desde abajo, desde las filas de la atosigada y reducida clase media. Y a base de surfear entre los gobiernos de variopinto pelaje y los vaivenes de una economía sometida a la cotización del barril, logró levantar uno de los imperios financieros más sólidos de Latinoamérica.

Escotet cursó Económicas. En la facultad conoció a su mujer, tan apasionada del arte como él. No tardó en casarse y tener el primero de sus cuatro hijos. Y ya como padre de familia realizó la primera inmersión en el negocio que le haría rico. Alumbró una firma de valores y Bolsa, la engordó a base de operaciones certeras y la revendió por una envidiable cantidad de bolívares, que le abriría de par en par las puertas de la clase alta caraqueña.

Escotet era rico. Podría haber hecho las maletas y emigrar a Miami para hacer negocios con reglas más claras del juego. Pero optó por seguir afincado en Caracas. Una elevada dosis de ambición profesional, otra moderada de patriotismo contenido y la coraza de broker curtida en el agresivo ring de las bolsas latinoamericanas le llevó a intentarlo de nuevo en su país. Con esos mimbres y el dineral atesorado con la venta de la agencia se compró un pequeño banco en 1992, el Grupo Bancentro.

Sobre ese pilar levantaría el holding financiero que es hoy Banesco. Lo hizo a base fusiones y adquisiciones, manteniendo a raya el riesgo, sin participar en aventuras ajenas al negocio puramente bancario. Escotet hizo precisamente lo contrario de lo que ya hacían por entonces, a casi 7.000 kilómetros de distancia, los gestores de algunas cajas españolas, cuyas incursiones en el mundo de la empresa acabaron destrozando años después la mitad del sistema financiero. Por eso, días antes de conocerse el resultado de la subasta, el banquero venezolano estaba tan convencido de que su oferta por Novagalicia era la más apropiada para la entidad; o lo que es igual, para sus clientes y sus empleados.

Juan Carlos Escotet hace banca, a secas. Aplicará su receta de éxito a una caja vapuleada por la ambición mal entendida de banqueros y políticos españoles. Desde su despacho en Banesco con vistas a la cordillera de El Ávila, ha diseñado para Novagalicia una estrategia con dos vectores de crecimiento: el orgánico, con la expansión prudente hacia Asturias y Castilla y León, y la conquista de pymes en zonas rurales; y el corporativo, mediante la fusión del negocio de la caja con el de Banco Etcheverría, el pequeño banco gallego que adquirió hace un año para ir poniendo picas en suelo español.

A Escotet le ayudará su corta pero robusta relación con el presidente gallego, cimentada en la promesa del venezolano de mantener la plantilla de Novagalicia y reactivar el crédito en la región; pero también en un ideario político de centro derecha que les permite hablar del futuro económico con idéntico lenguaje. El mismo que el banquero latinoamericano usa cuando se cruza con Henrique Capriles, líder de los conservadores venezolanos y enemigo número uno del actual presidente Nicolás Maduro. Aunque ideológicamente Escotet no está equidistante entre los dos, se lleva bien con ambos. O al menos lo intenta. Como ocurría con Chávez. No le costará -y eso lo confiesa con sorna en privado- adaptarse al turbulento escenario político español. A un tipo al que el presidente del Gobierno le saca casi de la cama para abroncarle en su despacho no le asusta casi nada.


Caricatura: JORGE ARÉVALO



2 comentarios:

  1. Muy buena anécdota, gracias por compartir y ahora apliquemos estos consejos en la Pyme y en el área personal.

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  2. Muy buena reflexión. lo que hace recordar que oportunidades hay muchas, pero uno se hace exitoso al aprovechar cada una. Aprovecha esta para tu negocio, incluso para tiendas online y además para la presentación de tu comercio, encuentralo en [[www.productorweb.com ]]

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