Un emprendedor siempre tiene un
proyecto o idea que le ronda la cabeza. ¿Cuál es el tuyo? Sí, ese al que le
estás dando vueltas en la cabeza, hace tiempo, ese cada día tiene más claro que
puede funcionar, y que se puede hacer sitio en el mercado. Tienes la idea,
sueño empresarial, seguramente eres un emprendedor. Sin embargo, con la idea no
basta. No es por la inversión que se necesita para poner en marcha la idea, si
por la actitud. Un emprendedor y emprender es más que perseguir un sueño, es
una actitud diferente en la vida, es más bien un estilo de vida. Emprender es
lanzarse a la piscina, ir contracorriente de los demás y atreverse a poner en
marcha el proyecto, sin saber si al final funcionará o no funcionará. En
definitiva, es arriesgarse, pero como se suele decir quien no arriesga no
consigue nada.
El emprendimiento en un
alternativa laboral muy factible, incluso profesionales que no se le habían
pasado por la cabeza nunca arriesgarse de esta manera. Pero es un error hacerlo
por esta razón, debido que emprender no es nada fácil, no es algo que de un día
para otro, ya que no le estás dando solidez al proyecto. Se asocia en la
mayoría de veces emprendedores con gente joven, pero en realidad, ser
emprendedor no tiene edad ni fronteras.
Emprender es más bien actitud que
implica unas características personales y psicológicas. Las cuestión del siglo,
el emprendedor nace o se hace, la respuesta a esta incógnita es clara, se puede
nacer y se puede aprender a emprender. Existen emprendedores que llevan en la
sangre ese espíritu inquieto e innovador y que van emprendiendo negocios de
éxito durante toda su vida profesional.
Está claro que uno no se
convierte en emprendedor por arte de magia. Plasmar una idea y ponerla en
marcha es el resultado de un proceso bastante complejo, se debe reflexionar
mucho, mirar que dudas existen, el miedo al fracaso del emprendedor y la gran
dosis e ilusión de llevar tus sueños hacía adelante. Cuando uno ya ha decidido
que se va hacer y uno se lanza, se tiene que tener claro que los principios de
todo proyecto son muy duros, incluso se puede frustrar uno, pero con trabajo,
tesón, esfuerzo, un poquito de suerte y picar a todas las puestas,… como se
dice, al final alguna se tiene que abrir.
Lo importante, y en definitiva,
es tener las ideas claras acompañados de un modelo de negocio bien definido,
rentable y con un Business plan bien estructurado, son los requisitos previos
para poner en funcionamiento el proyecto. Tener claro lo que quieres hacer, lo
que se quiere conseguir y plantearse con qué medios lo vas a lograr, es
fundamental para el éxito final. Eso sí, lo importante y lo que se debe de
tener claro que de la idea inicial de negocio que vas a tener irá
evolucionando, tendrás que adaptarte al mercado y a lo que te toque vivir en ese
momento, lo que se empezará siendo un proyecto A acabará siendo el proyecto Z.
En las fases iniciales del
proyecto, para un emprendedor su gran preocupación es la inversión y
financiación que necesitan para arrancar. La gran pregunta es de dónde saco el
dinero para poner en marcha mi proyecto y quizás antes de esto se debería plantear
o pensar si realmente necesita inversión. Puede parecer simple pero en pocas
ocasiones se pone en realidad en práctica.
Muchas inversiones, en realidad,
sirven para acelerar un modelo de negocio y conseguir ingresos, por eso,
invertir en áreas comerciales o de marketing es esencial para ir avanzando.
Una vez que se pone en marcha, no
se debe de frustrar uno, ya que se tardará en rentabilizar y en obtener
beneficios, se trabajará sin pausa durante las 24 horas del día y sin saber si
el esfuerzo que estás poniendo dará sus frutos en realidad, pero si tienen el
gen de emprendedor saber que merece la pena intentarlo. Llegará el momento en
que se necesita un equipo de profesionales con los que repartir el trabajo del
proyecto. Si puede ser, rodéate de los mejores que encuentres y si puede ser,
mejores que tú mismo en las diferentes áreas, con ilusión y ganas de trabajar.
Cuando llega en este momento, lo mejor es focalizar la estrategia, centrándose
en lo que se sabes hacer mejor. No se puede hacer todo. Priorizar hacia dónde
quieres llevar la empresa a largo plazo.
Importante, cree en ti, en lo que
haces, confía y delega en tu equipo, aprende de tus errores y asúmelos.
Nadie, pero nadie, absolutamente
nadie puede asegurar el éxito del proyecto, emprender se debe de saber que es
asumir el riesgo y se debe perder el miedo al fracaso. Ahora mismo, se necesita
innovadores, se necesitan ideas y gente capacitada de sacarla adelante, se
necesitan apoyos, instituciones que fomenten el emprendimiento y que ayuden con
soporte a esa gente lo loca denominada emprendedores.
Fuente:
http://www.eureka-startups.com
Un emprendedor siempre tiene un
proyecto o idea que le ronda la cabeza. ¿Cuál es el tuyo? Sí, ese al que le
estás dando vueltas en la cabeza, hace tiempo, ese cada día tiene más claro que
puede funcionar, y que se puede hacer sitio en el mercado. Tienes la idea,
sueño empresarial, seguramente eres un emprendedor. Sin embargo, con la idea no
basta. No es por la inversión que se necesita para poner en marcha la idea, si
por la actitud. Un emprendedor y emprender es más que perseguir un sueño, es
una actitud diferente en la vida, es más bien un estilo de vida. Emprender es
lanzarse a la piscina, ir contracorriente de los demás y atreverse a poner en
marcha el proyecto, sin saber si al final funcionará o no funcionará. En
definitiva, es arriesgarse, pero como se suele decir quien no arriesga no
consigue nada.
El emprendimiento en un
alternativa laboral muy factible, incluso profesionales que no se le habían
pasado por la cabeza nunca arriesgarse de esta manera. Pero es un error hacerlo
por esta razón, debido que emprender no es nada fácil, no es algo que de un día
para otro, ya que no le estás dando solidez al proyecto. Se asocia en la
mayoría de veces emprendedores con gente joven, pero en realidad, ser
emprendedor no tiene edad ni fronteras.
Emprender es más bien actitud que
implica unas características personales y psicológicas. Las cuestión del siglo,
el emprendedor nace o se hace, la respuesta a esta incógnita es clara, se puede
nacer y se puede aprender a emprender. Existen emprendedores que llevan en la
sangre ese espíritu inquieto e innovador y que van emprendiendo negocios de
éxito durante toda su vida profesional.
Está claro que uno no se
convierte en emprendedor por arte de magia. Plasmar una idea y ponerla en
marcha es el resultado de un proceso bastante complejo, se debe reflexionar
mucho, mirar que dudas existen, el miedo al fracaso del emprendedor y la gran
dosis e ilusión de llevar tus sueños hacía adelante. Cuando uno ya ha decidido
que se va hacer y uno se lanza, se tiene que tener claro que los principios de
todo proyecto son muy duros, incluso se puede frustrar uno, pero con trabajo,
tesón, esfuerzo, un poquito de suerte y picar a todas las puestas,… como se
dice, al final alguna se tiene que abrir.
Lo importante, y en definitiva,
es tener las ideas claras acompañados de un modelo de negocio bien definido,
rentable y con un Business plan bien estructurado, son los requisitos previos
para poner en funcionamiento el proyecto. Tener claro lo que quieres hacer, lo
que se quiere conseguir y plantearse con qué medios lo vas a lograr, es
fundamental para el éxito final. Eso sí, lo importante y lo que se debe de
tener claro que de la idea inicial de negocio que vas a tener irá
evolucionando, tendrás que adaptarte al mercado y a lo que te toque vivir en ese
momento, lo que se empezará siendo un proyecto A acabará siendo el proyecto Z.
En las fases iniciales del
proyecto, para un emprendedor su gran preocupación es la inversión y
financiación que necesitan para arrancar. La gran pregunta es de dónde saco el
dinero para poner en marcha mi proyecto y quizás antes de esto se debería plantear
o pensar si realmente necesita inversión. Puede parecer simple pero en pocas
ocasiones se pone en realidad en práctica.
Muchas inversiones, en realidad,
sirven para acelerar un modelo de negocio y conseguir ingresos, por eso,
invertir en áreas comerciales o de marketing es esencial para ir avanzando.
Una vez que se pone en marcha, no
se debe de frustrar uno, ya que se tardará en rentabilizar y en obtener
beneficios, se trabajará sin pausa durante las 24 horas del día y sin saber si
el esfuerzo que estás poniendo dará sus frutos en realidad, pero si tienen el
gen de emprendedor saber que merece la pena intentarlo. Llegará el momento en
que se necesita un equipo de profesionales con los que repartir el trabajo del
proyecto. Si puede ser, rodéate de los mejores que encuentres y si puede ser,
mejores que tú mismo en las diferentes áreas, con ilusión y ganas de trabajar.
Cuando llega en este momento, lo mejor es focalizar la estrategia, centrándose
en lo que se sabes hacer mejor. No se puede hacer todo. Priorizar hacia dónde
quieres llevar la empresa a largo plazo.
Importante, cree en ti, en lo que
haces, confía y delega en tu equipo, aprende de tus errores y asúmelos.
Nadie, pero nadie, absolutamente
nadie puede asegurar el éxito del proyecto, emprender se debe de saber que es
asumir el riesgo y se debe perder el miedo al fracaso. Ahora mismo, se necesita
innovadores, se necesitan ideas y gente capacitada de sacarla adelante, se
necesitan apoyos, instituciones que fomenten el emprendimiento y que ayuden con
soporte a esa gente lo loca denominada emprendedores.
Fuente:
http://www.eureka-startups.com
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